La “segunda luna” de la Tierra es un fascinante objeto celeste que ha captado la atención de los científicos. Permítanme compartir algunos detalles al respecto:
Descubrimiento y características:
Esta cuasi luna, llamada Kamo'oalewa, fue descubierta en 2016. Mide menos de 50 metros (164 pies) de ancho.
A diferencia de nuestra luna primaria, Kamo’oalewa sigue una trayectoria repetida en forma de sacacorchos alrededor de la Tierra, y nunca se acerca a menos de 40 a 100 veces la distancia de nuestra luna familiar (que está aproximadamente a 384.000 kilómetros o 239.000 millas de distancia).
Su peculiar trayectoria de vuelo es el resultado de las fuerzas gravitacionales en competencia de la Tierra y el Sol, creando una danza inusual en su órbita.
Kamo’oalewa parece más tenue de lo esperado, lo que llevó a los científicos a investigar su composición y origen.
Composición y Misterio:
La mayoría de los asteroides reflejan brillantemente en frecuencias infrarrojas específicas, pero Kamo'oalewa no. Su firma infrarroja sigue siendo débil.
Inicialmente, los investigadores utilizaron un telescopio de la NASA en Hawaii para estudiar la cuasi-luna, pero los resultados no fueron concluyentes.
Más tarde, recurrieron a un telescopio monocular de la Universidad de Arizona, que proporcionó resultados más claros. La roca estaba compuesta de silicatos comunes, pero su firma infrarroja seguía siendo desconcertantemente diferente.
En última instancia, los científicos propusieron que Kamo’oalewa podría ser un artefacto de nuestra luna real, comportándose como una cuasi luna debido a su órbita única.
Posible origen:
Se supone que Kamo’oalewa es un fragmento de un asteroide o un trozo de la luna original que de alguna manera se sincronizó en órbita con la Tierra.
Su apariencia con poca luz y su composición distintiva plantean preguntas intrigantes sobre su formación.
Duración de la estancia:
Según estudios recientes, se espera que Kamo’oalewa permanezca en las proximidades de la Tierra durante al menos otros 300 años12.
En resumen, esta “segunda luna” añade un toque de misterio a nuestro vecindario cósmico, y los científicos continúan explorando sus orígenes y comportamiento.