Los gigantescos muros metálicos que mantienen a Londres a flote: la barrera del Támesis y el futuro de la defensa contra las inundaciones

 



Londres es una ciudad rica en historia y cultura, pero también es una ciudad que se enfrenta al riesgo de sufrir graves inundaciones. En 1928, una inundación del Támesis desplazó a miles de personas. En 1953, la famosa tormenta del Mar del Norte se llevó más de 2.000 vidas en toda Europa. La gran catástrofe puso de relieve la necesidad inmediata de un sistema de defensa contra inundaciones fuerte, lo que allanó el camino para la construcción de la Barrera del Támesis.


La Barrera del Támesis: una maravilla de la ingeniería

Desde 1984, la Barrera del Támesis ha sido la barrera móvil contra inundaciones más grande del mundo, con un tercio de milla de ancho sobre el río Támesis en Woolwich. Esta maravillosa estructura consta de 10 compuertas de acero diseñadas para la protección contra las mareas de tormenta y las mareas altas que amenazan a Londres. Las cuatro del exterior están cerradas permanentemente, mientras que las seis del centro están abiertas para permitir que los barcos naveguen río arriba y río abajo y para el flujo natural del río. Estas compuertas podrían cerrarse tan rápido como 90 minutos antes de la predicción de la marejada ciclónica y alcanzar una altura de hasta 20 metros para evitar la avalancha de agua.


La barrera del Támesis obtiene su fuerza de soportar más de 9.000 toneladas de agua, lo que equivale a casi 118 piscinas grandes. Protege a 1,42 millones de personas y 320 mil millones de libras de propiedades residenciales de las aguas que brotan de Londres.


Seguimiento y funcionamiento

La barrera del Támesis está controlada principalmente por la agencia medioambiental del Reino Unido. Monitorean diariamente el Mar del Norte para comprobar los niveles de marea, el caudal del río y las condiciones meteorológicas. En función de estas lecturas, evalúan cualquier amenaza potencial de inundación y luego deciden cuándo cerrar la barrera. Se cierra durante cuatro o cinco horas durante la marea alta y permanece cerrada hasta que la ciudad esté a salvo de las aguas de la inundación.


Desafíos crecientes con el cambio climático

La frecuencia de cierres de barreras ha aumentado significativamente a lo largo de los años. La barrera se cerró 50 veces durante la tormenta Xavier en 2013, en comparación con cuatro veces durante toda la década de 1980. Este aumento es un recordatorio de que el clima está empeorando y los efectos del cambio climático están aumentando. Los niveles de aumento del nivel del mar son una preocupación particular.


Estos problemas se abordarán en el plan Estuario del Támesis 2100 que se ha formulado para el Reino Unido. Es un enfoque adaptativo y explica en detalle cómo "lograr la modernización de las defensas contra inundaciones de Londres y cómo pueden mantenerse efectivas ante un futuro incierto".


Plan Estuario del Támesis 2100: Plan de preparación para el futuro

El Plan Estuario del Támesis 2100 consta de tres fases:


Mantenimiento, desde ahora hasta 2035: Esta fase se centra en conservar la infraestructura ya construida, incluida la barrera del Támesis, para que sea lo suficientemente fuerte como para luchar contra la presión de las mareas altas. Este paso permite margen de maniobra y flexibilidad, reconociendo que, por ahora, los requisitos en el futuro aún son inciertos.


Planificación adaptativa, 2035 a 2070: En esta fase, se realizan más evaluaciones con la vista puesta en la probable modificación de los sistemas de defensa contra inundaciones a medida que los efectos del cambio climático se hagan más claros.


Intervenciones futuras (después de 2070): En caso de que el aumento del nivel del mar y el cambio climático se vuelvan más extremos, se colocarán barreras complementarias, entre otras defensas contra inundaciones, para proteger a Londres contra la creciente frecuencia y gravedad de las inundaciones.


De hecho, el éxito de la barrera del Támesis ha generado una plétora de barreras contra inundaciones clonadas; más de 50 ya están en servicio, protegiendo a millones de personas de las catástrofes. Pero probablemente la parte más impresionante del enfoque del Reino Unido no sea tanto la barrera en sí como la voluntad del gobierno de adaptarse y prepararse para el futuro. Este enfoque adaptativo, iniciado en Londres, ahora está siendo adoptado por ciudades de todo el mundo, desde pequeñas ciudades hasta grandes metrópolis como Nueva York.


Conclusión

La Barrera del Támesis es un testimonio del ingenio humano y del poder de la planificación proactiva. Mientras el cambio climático sigue planteando nuevos desafíos, el plan Estuario del Támesis 2100 garantiza que Londres siga siendo resiliente y esté preparada para cualquier cosa que el futuro le depare. Pero los gigantescos muros de metal de la Barrera del Támesis simbolizan algo mucho más significativo que su existencia física: el compromiso de proteger a la ciudad y a su gente contra las fuerzas cambiantes de la naturaleza.

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