El panorama de la restauración ha cambiado mucho en los dos últimos años, en gran medida debido a la pandemia. Sin duda, una de las tendencias más emocionantes que han surgido ha sido la de los restaurantes pop-up. Lo que empezó como una tendencia incipiente de repente se convirtió en un fenómeno gastronómico en toda regla que redefinió nuestra forma de pensar sobre la forma en que comemos fuera de casa.
Cómo la pandemia dio forma a los pop-ups
La pandemia de COVID-19 hizo que muchas industrias cayeran en picado, y quizás ninguna se vio tan afectada como el sector de la restauración. En todo Estados Unidos, casi 90.000 restaurantes cerraron sus puertas en 2021 y, con ellos, demasiados empleos de chefs y entusiastas de la comida cayeron en el desempleo y la tensión financiera. Es por esta razón que tantos chefs recurrieron a los restaurantes pop-up como una respuesta muy interesante a la situación actual. Por ejemplo, este año, el número de restaurantes emergentes se duplicó con creces en comparación con el año pasado, una tendencia al alza que se mantendrá hasta bien entrado el 2023.
Cómo los restaurantes emergentes se volvieron tan populares
Aunque los restaurantes emergentes no son nada nuevo, cobraron impulso durante la pandemia debido a su flexibilidad y adaptabilidad. Los restaurantes emergentes tradicionales solían estar fijos en un lugar, pero la pandemia impulsó su evolución hacia modelos cada vez más móviles. Los chefs comenzaron a utilizar espacios y métodos no convencionales para llevar la comida directamente a los clientes. Desde puestos de tacos en la calle hasta entregas de pollo frito en automóvil, estos enfoques ingeniosos permitieron que los chefs cocinaran mientras se adaptaban a las nuevas restricciones.
El poder de las redes sociales
Creo que una de las cosas más importantes de tantos restaurantes emergentes exitosos son las redes sociales, en concreto, Instagram. Ayudó a muchos negocios emergentes a obtener su primera exposición en primer lugar, actuando como un vehículo de marketing para que los chefs conectaran su visión y su comida con una audiencia y crearan seguidores. Esto fue fundamental para crear ese revuelo, que podía generarles colas realmente largas y una gran demanda de ofertas limitadas.
Desafíos y sostenibilidad
Aunque están de moda, los restaurantes emergentes no son fáciles. Para muchos operadores, esta logística que implica la gestión de un restaurante emergente (establecer y luego desmantelar una operación emergente, sin mencionar su naturaleza móvil) es agotadora física y mentalmente. Por último, algunos operadores también sintieron que gestionar un restaurante emergente era insostenible a largo plazo; es demasiado estresante y exigente para sus vidas personales.
Mirando hacia el futuro
A medida que el mundo deja atrás la pandemia, muchos de estos restaurantes emergentes exitosos están teniendo éxito al utilizar estas experiencias como un trampolín hacia establecimientos permanentes. Esto básicamente significa que las habilidades y las audiencias que se adquirieron a través de los restaurantes emergentes proporcionaron una base para los emprendimientos de restaurantes tradicionales. Este cambio demuestra que es una prueba de la adaptabilidad del modelo emergente para evolucionar hacia modelos comerciales más sostenibles.
Puede que haya sido un mundo culinario lo suficientemente resistente como para crear algo de la nada y convertir una necesidad en virtud. Esta tendencia, nacida de la necesidad, ha sido un salvavidas para muchos chefs y ahora ha comenzado a redefinir la forma en que experimentamos la comida. Las lecciones aprendidas de esta era emergente seguramente influirán en la industria de los restaurantes de maneras emocionantes e inesperadas a medida que avanzamos hacia el futuro.
Publicar un comentario