Spotify acaba de integrar 15 horas de audiolibros en sus planes de suscripción premium de pago, lo que puede considerarse un paso bastante audaz que sacude el negocio de la música. Aunque se trata de una expansión más en una serie de emocionantes expansiones para la cartera de contenido de Spotify, plantea algunas preocupaciones muy válidas para los editores y compositores de música. El quid de la cuestión es que ahora se crearía un "paquete" con el servicio Premium de Spotify bajo la Ley de Derechos de Autor de los Estados Unidos. Este último, en virtud de las regulaciones prescritas por la Phonorecords IV de la Copyright Royalty Board, implica de hecho un costo de regalías menor en comparación con los servicios de suscripción solo de música.
El impacto financiero
El dinero involucrado en esta decisión es mucho mayor. Como consecuencia del nuevo marco de agrupación, solo en el primer año, se espera específicamente que los compositores y editores obtengan $150 millones menos en regalías mecánicas. Para una de las empresas de gestión de derechos musicales más populares, Reservoir, esto equivale a una disminución interanual del 1% en los ingresos para el año fiscal 2025. Aún más crítico es que la caída proyectada en los ingresos de la compañía puede implicar un problema aún mayor en toda la industria, mostrando un impacto más allá de los artistas específicos y sus editores.
Cómo funciona el modelo de agrupación
A esto se suma el hecho de que el paquete Premium de Spotify ahora incluye audiolibros como parte de su oferta de $10.99 por mes además de su enorme biblioteca de música. En el nuevo modelo, solo el 52% del valor de la suscripción se asignaría a la música. Por lo tanto, la proporción de ingresos que se destina a regalías musicales se ha reducido drásticamente (NDMT NowNews). Los organismos de la industria han criticado desde entonces esta medida, y la Asociación Nacional de Editores de Música afirma que la agrupación se está haciendo deliberadamente para pagar menos a los compositores.
Respuesta y perspectiva de la industria
La comunidad musical ha estallado en un alboroto absoluto. Muchos argumentan que la estrategia de Spotify disminuyó el valor de su contenido musical, en un momento en que la industria lucha por permitir que los artistas y creadores obtengan retornos más justos. A pesar del clamor, Reservoir sigue siendo cautelosamente optimista. La empresa cree que la creciente tendencia de aumentos de precios de streaming podría compensar algunas de las pérdidas, mientras que las tarifas de suscripción más altas pueden significar un aumento de los ingresos generales por regalías.
Un entorno legal turbio
Para añadir otro engranaje a la máquina, el Mechanical Licensing Collective (MLC) presentó una demanda contra Spotify impugnando la validez de esa agrupación según las reglas de Phonorecords IV debido al poco valor que la contraparte del audiolibro aportaría para validar las tasas de regalías reducidas de la música y, por lo tanto, el estado de agrupación.
Conclusión
Con ese fin, la agrupación de audiolibros de Spotify realmente establece el escenario para cómo se agrupará y monetizará el contenido digital en el futuro. Por supuesto, esto mejora potencialmente el contenido disponible para los consumidores, pero definitivamente plantea algunas preguntas válidas para el futuro de la compensación de los artistas y cómo se valorará la música en una economía digital de agrupación. La compensación y la valoración de los artistas, en el futuro, deberán reconsiderarse en una economía digital que agrupa servicios. Los tribunales y la industria seguirán respondiendo, y el tiempo dirá cuál será el resultado final de esta decisión. Pero una cosa ya está clara: la relación entre las plataformas de streaming y la industria musical ha llegado a una fase nueva y más compleja.