El arquitecto involuntario de las ventas en corto: la historia de venganza e innovación financiera de Isaac Lamer




 En lo que respecta al dinero, la venta en corto es una práctica que suele generar oposición. Algunas personas la consideran una herramienta importante para mejorar el funcionamiento de los mercados, mientras que otras dicen que los hace menos estables y conduce a desastres financieros. Sin embargo, ¿sabía que la venta en corto tiene sus raíces en un personaje histórico fascinante que no lo hacía por dinero, sino para vengarse? Conozca a Isaac Lamer, el empresario gruñón que empezó a vender en corto por accidente.


El innovador accidental: Isaac Lamer no era como la mayoría de los comerciantes del siglo XVII. Lamer nació en una familia de empresarios exitosos en los Países Bajos españoles, que ahora son Bélgica. Estaba destinado a trabajar en el mundo de los negocios. Cuando tenía 25 años, ya era un comerciante exitoso que se ocupaba de una gran familia con 22 hijos. Aunque Lamer tuvo éxito, tenía un sinfín de objetivos que lo llevaron a iniciar negocios cada vez más arriesgados.


Lo más importante que hizo Lamer fue trabajar para la Compañía Holandesa de las Indias Orientales (VOC), una enorme empresa comercial que controlaba las líneas comerciales del mundo en el siglo XVII. La VOC era diferente de todas las demás empresas de la época; fue la primera organización que cotizó en bolsa, lo que significaba que cualquiera podía comprar acciones y ganar dinero con las actividades de la empresa. Lamer compró muchas acciones de la empresa, pero su relación con ella empeoró cuando lo acusaron de mala gestión y de no ser honesto. Trató de desmantelar lo que había ayudado a construir porque se sentía engañado.


El comienzo de las ventas en corto

El plan de Lamer era audaz y fácil de entender: reducir el valor de las acciones de la VOC y ganar dinero con su caída. Para ello utilizó una estrategia que con el tiempo se conocería como "venta en corto". En sus mentiras sobre la VOC, Lamer dijo que sus barcos se estaban hundiendo, que estaban siendo atacados por tropas británicas o que estaban perdiendo carga. El objetivo era asustar a los compradores, lo que haría bajar el precio de las acciones. Nadie poseía estas acciones, pero Lamer y sus amigos dijeron que las venderían a un precio alto y luego las volverían a comprar a un precio más bajo, quedándose con la diferencia.


Esta medida fue muy innovadora. Fue el primer caso conocido de una "incursión bajista", en la que un operador cambia la forma en que el mercado se siente sobre una acción para ganar dinero con su caída. El plan de Lamer, por otro lado, fracasó estrepitosamente. Los inversores de la VOC estaban menos interesados ​​en los cambios diarios en los precios de las acciones y más interesados ​​en las ganancias a largo plazo. En respuesta al ataque de Lamer, la VOC pagó las ganancias anticipadas, lo que tranquilizó a la gente y mantuvo estable el precio de las acciones.


Lo que sucedió y lo que significa

La gente se dio cuenta de lo que hizo Lamer. La VOC envió una carta al gobierno diciendo que las acciones de Lamer no solo eran malas para los inversores ricos, sino también para la gente común, como las viudas y los huérfanos que habían invertido dinero en la empresa. El gobierno estuvo de acuerdo con la VOC y declaró ilegal realizar "ventas en corto al descubierto". También establecieron reglas para detener futuros movimientos del mercado como estos. El objetivo de Lamer era revelar la mala gestión de la empresa, pero terminó haciendo las leyes que regirían los mercados financieros durante cientos de años.


Lamer perdió todo su dinero. Perdió mucho dinero, su nombre quedó arruinado y fue expulsado de la VOC. Pero ese no fue el final de su historia. En su época, Lamer pudo haber sido visto como un mal tipo, pero lo que hizo sentó las bases para una estrategia financiera que sigue siendo importante en los mercados actuales. Aunque es controvertida, la venta en corto protege a los inversores de las acciones caras y del mal comportamiento de las empresas. También proporciona liquidez y hace que el mercado funcione mejor.


Una historia para advertirle

La historia de Isaac Lamer es una advertencia sobre la avaricia, la venganza y las cosas malas que suceden por accidente. Lo perdió todo cuando intentó derribar una gran empresa, pero también ayudó a hacer posibles los mercados financieros modernos por accidente. Es una advertencia de que incluso los planes mejor trazados pueden salir mal y que las innovaciones, sin importar cuán controvertidas sean, a menudo surgen de los lugares más extraños.


Es útil recordar lo que la vida de Lamer nos enseñó mientras seguimos lidiando con los desafíos de los mercados globales. Aunque tiene problemas, la venta en corto es una parte importante del mundo empresarial. Puede que Isaac Lamer no haya tenido intención de cambiar el modo en que funcionan las finanzas, pero su influencia sigue viva en cada operación que va en contra del mercado.

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