Un rapero ha demandado a GloRilla y Megan Thee Stallion por usar un sample sin licencia de la música de Soulja Boy en su canción "Wanna Be".
Alegando que la canción "Wanna Be" de Megan Thee Stallion y GloRilla explotó inapropiadamente un sample de Soulja Boy que originalmente robó componentes de la propia canción de Plies, el rapero Plies ha presentado una acción legal contra ellos. Esto es bastante sorprendente. Esta acción llama la atención sobre un problema creciente en la industria de la música: una serie de conflictos de derechos de autor que utilizan samples que fueron autorizados legalmente pero que supuestamente contenían partes no autorizadas de otras composiciones.
El meollo del caso
"Wanna Be" de Megan Thee Stallion y GloRilla incluye un sample de Soulja Boy, según Plies, quien afirma que el sample incluye directamente componentes de una de sus propias canciones. A pesar de que el sample había sido debidamente autorizado, Plies sostiene que su trabajo fue incluido en la música sin el crédito o compensación adecuados debido a la presencia de partes "no autorizadas". Megan y GloRilla deberían haberle pedido permiso y haberle pagado por tocar su música, según su demanda.
Especialmente en el hip-hop, los artistas han dependido durante mucho tiempo del sampling como un instrumento potente para moldear nuevos terrenos sonoros. Por otro lado, las regulaciones que rigen el sampling de música crecieron a la par de su popularidad. Cada vez se han presentado más demandas en la industria por parte de artistas y sellos discográficos que disputan la propiedad o la compensación de los elementos sampleados de las canciones. El licenciamiento de música, un campo ya de por sí complicado, se ha vuelto aún más complicado con la introducción de la idea del "doble sampling", en el que una canción samplea una pista que contiene un sample.
El problema de usar dos samples
La legalidad del "doble sampling" se ha vuelto turbia. Incluso si un artista ha dado su sello de aprobación a un sample, aún podría contener componentes no aprobados u ocultos en esta situación. Por lo general, hay muchos editores, autores y sellos discográficos involucrados, y todos ellos tienen sus propios derechos sobre el contenido sampleado. Es fácil entender cómo pueden ocurrir errores cuando se toman muestras de música de la actualidad a partir de composiciones antiguas. Sin embargo, como demuestra este caso, tales omisiones pueden dar lugar a importantes dificultades legales.
Las cosas se han complicado aún más debido a la proliferación de herramientas de composición y difusión de música fáciles de usar, así como de software de muestreo más avanzado. En la actualidad, los músicos tienen acceso a enormes bibliotecas de música donde pueden encontrar melodías, letras o ruidos raros y utilizarlos en sus canciones. Pero corren el peligro de adoptar inadvertidamente materiales con más enredos de propiedad de lo previsto si no rastrean completamente la procedencia de cada ingrediente de una muestra.
Consecuencias más generales para el negocio de la música
Las compañías discográficas, los músicos y los productores deben ser especialmente cuidadosos debido a todos los casos de alto perfil que involucran muestras no autorizadas y conflictos de derechos de autor. Se les recomienda encarecidamente que realicen autorizaciones exhaustivas tanto para las muestras que desean utilizar como para los componentes que contienen. En respuesta a esta tendencia, las discográficas están invirtiendo dinero en sistemas de seguimiento de derechos de autor más sólidos para protegerse contra litigios como este.
Pero este nivel de investigación podría resultar demasiado caro para las compañías más pequeñas y los artistas independientes. Para los artistas emergentes con pocos recursos, los obstáculos adicionales que deben superar para confirmar las fuentes de las muestras pueden ser abrumadores, y requerir equipos legales y horas de investigación.
¿Funcionaría un enfoque más abierto para la concesión de licencias?
Hay quienes saben del tema y piensan que los acuerdos de concesión de licencias musicales deben repensarse debido a la proliferación del doble muestreo y las complejidades de las leyes de derechos de autor. Una base de datos más abierta y unificada que permita a los productores y artistas rastrear fácilmente cada capa de la concesión de licencias de una muestra podría ser una solución. Los artistas se beneficiarían de este método, ya que aclararía el concepto de muestras "ocultas" y les facilitaría evitar infracciones involuntarias.
Es probable que los litigios como el que involucra a GloRilla, Megan Thee Stallion y Plies persistan hasta que estas tecnologías estén disponibles gratuitamente. Incluso cuando los artistas creen que han seguido todos los procedimientos legales adecuados, estos incidentes muestran que aún deben tener cuidado al combinar las obras de otros en las suyas.
En resumen
El caso de Plies contra GloRilla y Megan Thee Stallion ejemplifica las dificultades éticas y legales que enfrenta actualmente la industria musical. En él se pone de manifiesto el intrincado ámbito del sampling musical, las disputas por derechos de autor y la importancia de que los artistas conozcan cada sonido de sus canciones. Para salvaguardar las obras de los artistas y sus derechos legales, casos como este alientan el desarrollo de mecanismos y controles más sólidos dentro de la industria musical. Hasta entonces, los artistas se verán influidos por los peligros del doble sampling cuando creen y difundan su obra.
El resultado
El resultado de este caso en los tribunales aún es incierto, pero sirve como un fuerte recordatorio de lo delicada que es la línea entre rendir homenaje e infringir derechos. Los resultados pueden tener consecuencias de gran alcance y cambiar la forma en que los artistas abordan la autorización de derechos de autor y el sampling en el futuro.